martes, 26 de agosto de 2014
Día Nacional de la Solidaridad
En este día tan particular, los invito a leer esta historia... https://www.google.com.ar/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=newssearch&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0CBwQ-AsoAjAA&url=http%3A%2F%2Ftn.com.ar%2Fsociedad%2Fla-historia-de-fabian-ramos-el-chico-que-dejo-de-ir-a-la-escuela-porque-no-tenia-zapatillas_527795&ei=IMb8U9WTN-nesAS_84DoBQ&usg=AFQjCNH1zr_m1BY55CdqcA5UMl2wDt4M_A..
miércoles, 20 de agosto de 2014
La otra cara de Blancanieves
1
Leemos una versión muy original
de “Blancanieves y los siete enanitos”. Contada con humor y se toma a los
personajes en broma.Se titula "Y murieron felices"
Los alumnos deberán imaginar qué
pasó en el "medio"de esta historia...
Y murieron felices
Untada
de crema rosada hasta las orejas, Blanca Nieves no paraba de mecerse en la
mecedora del más viejo de los enanos, mientras éste miraba resignado, tratando
de acomodarse en los peldaños de la escalera para hacer la digestión.
- - No ha parado de comer desde la tarde en que llegó con su cara de
mosquita muerta…”Señores enanos, ¿me puedo quedar a dormir por esta noche? Es
que mi madrastra es muy envidiosa y además últimamente le ha dado por
convertirse en bruja”…y nosotros como unos buenos tontos…”claro que sí, niña,
puedes quedarte todo el tiempo que quieras que nosotros te cuidaremos y te
daremos de comer”…y de eso hace cuatro largos meses. ¡Pero bien merecido lo
tenemos por despistados! –pensaba el más viejo de los enanos mientras Blanca
Nieve acababa con los últimos trocitos del queso y masticaba una de las patas
del pollo que se había hecho preparar para el almuerzo.
Lo
más terrible era que apenas Blanca Nieves terminaba de almorzar, los enanos
tenían que dejar de hacer lo que fuera para ir rápidamente a la cocina y
prepararle la cena (si había algo que Blanca Nieves no pudiera resistir era las
ganas de comer algo inmediatamente después del almuerzo). Tres ollas de sopa,
una tortilla con quince huevos, un pastel, dos talegos de pan, una libra de
queso, y un pollo con salsa roja. Y ¡ay! de que los enanos se demoraran en
preparar todos sus manjares para que Blanca Nieves se pusiera inaguantable. Una
vez llegó a tal punto que se comió unos calcetines que el enano más viejo había
dejado secando en la ventana, porque según ella estaba muerta de hambre.
Después
de servirle, los enanos volvían a lo que cada uno estaba haciendo: planchar las
sábanas, martillar una silla, regar las flores, arreglar el radio de pilas, y
el más viejo volvía a la inútil tarea de acomodarse en la escalera para hacer
la digestión.
Un
día los enanos salieron al trabajo bien tempranito no sin que antes Blanca
Nieves les hubiera dado una lista de cosas para comprar: dulces, ganchos para
el pelo, leche de pepino para las arrugas, un pintalabios, esmalte de uñas y
todos los frascos de crema rosada que encontraran. Blanca Nieves se quedó sola comiendo como
siempre y viendo televisión.
Al
cabo de un rato alguien tocó la puerta […]
(Acá te toca completar a
vos)
[…]
Se demoraron mucho en dar con el paradero del último príncipe azul que todavía
quedaba. Los otros, o estaban demasiado viejos o se habían dedicado a otras
cosas: vender paraguas y sombrillas, pasar discursos a máquina, o poner un
almacén de pollos crudos. Pero el gran
problema fue que este único príncipe no
podía hacer nada por Blanca Nieves, porque estaba casado con la Cenicienta, una
señora de otro cuento que no lo dejaba salir
de la casa y le hablaba todo el tiempo del mercado, de las cuentas de la luz y de que…”¡en ese televisor
ya no se ve bien mi cantante favorito así que hay que ir pensando en comprar otro!”.
Después
de mucho pensar lo único que se le ocurrió al príncipe fue darles la dirección
de un viejo amigo de la escuela que no era príncipe profesional, pero siempre
fue el mejor en las comedias que preparaban para el día de la madre. Él, con
seguridad, les haría el favor de ir a salvar a Blanca Nieves.
Les
entregó el disfraz de príncipe para que se lo llevaran: una capa, que
Cenicienta insistía en usar de delantal; una espada encantada, que ahora servía
para cortar los filetes de carne y un
caballo verde que estaba en el garaje, tan viejo que no podía caminar. Los
enanos tuvieron que llevarlo cargado
hasta la calle, llamar un taxi y luego meterlo a la fuerza en la silla de atrás
mientras ellos luchaban por acomodarse los siete, junto al chofer.
El
amigo del príncipe resultó ser un viejito más viejo que el caballo. Era sastre
y le encantaba jugar dominó. Después de
contarle todo el cuento a los gritos- porque además era medio sordo-
emprendieron el viaje. A cada rato
tenían que parar. Unas veces para que
descansara el viejito y otras para que lo hiciera el caballo.
Finalmente,
lograron llegar a la casa, en donde Blanca Nieves seguía durmiendo.
El
viejito disfrazado de príncipe se acercó a Blanca Nieves, la miró con la mirada
de los príncipes que él representaba en las comedias del día de la madre, sacó
la espalda, le rajó la barriga y rescató sana y salva a la viejita con cara de
bruja, pues en el afán , Blanca Nieves no la había masticado.
Desde
ese día el viejito disfrazado de príncipe, la bruja con cara de viejita y el
más viejo d los enanos se sentaron a jugar apasionantes partidas de dominó
hasta que se volvieron todavía más viejos y se murieron los tres.
viernes, 15 de agosto de 2014
miércoles, 13 de agosto de 2014
Un apellido problemático!!!
EL SEÑOR LANARI
A LAS 9:00 DE LA MAÑANA DEL DOMINGO EL SEÑOR LANARI EMPEZÓ A DESTEJERSE.
Y ASI FUE:
Como todos los días, antes de salir de su casa , se despidió de su perro Firuli con un abrazo y un beso en el cachete.
Pero esta vez -¡oh!- una hebra de su gorro de lana quedó atrapada entre las mandíbulas de Firuli. Ninguno de los dos se dio cuenta.
El señor Lanari cruzó el jardín y llego a la vereda.
Como Firuli rara vez se molestaba en abrir la boca , la hebra de lana tampoco zafó de sus dientes.
¡Y ahí justamente fue cuando el señor Lanari empezó a destejerse!
Por suerte era Domingo. A medida que se alejaba de su casa ,el destejido avanzaba.
Camina que te camina. Desteje que te desteje ,detrás de él iba quedando un tallarín de lanas de colores cambiantes.
El señor Lanari se sentía cada vez más disminuido : cuando paro en la esquina de la confitería para comprar merengues ya se había destejido todo por arriba.
Encima del chaleco ¡no había nada!
Así siguió.
Punto por punto ,paso a paso ,el destejido avanzó hasta la cintura. y
más y más abajo.
Por suerte era domingo ,porque todos los domingos iba a visitar a su abuela.
Cuando llegó a la casa de su abuela le pidió que lo tejiera de vuelta y después de un rato lo terminó.
Se fue a su casa y su perro se quedó sin un diente porque había quedado en la lana de su gorro
DE: GENESIS PEREYRA
KAREN NAVARRO
JULIETA FRANSISCO
JULIETA ESCALERA
GERONIMO PIZZANO
A LAS 9:00 DE LA MAÑANA DEL DOMINGO EL SEÑOR LANARI EMPEZÓ A DESTEJERSE.
Y ASI FUE:
Como todos los días, antes de salir de su casa , se despidió de su perro Firuli con un abrazo y un beso en el cachete.
Pero esta vez -¡oh!- una hebra de su gorro de lana quedó atrapada entre las mandíbulas de Firuli. Ninguno de los dos se dio cuenta.
El señor Lanari cruzó el jardín y llego a la vereda.
Como Firuli rara vez se molestaba en abrir la boca , la hebra de lana tampoco zafó de sus dientes.
¡Y ahí justamente fue cuando el señor Lanari empezó a destejerse!
Por suerte era Domingo. A medida que se alejaba de su casa ,el destejido avanzaba.
Camina que te camina. Desteje que te desteje ,detrás de él iba quedando un tallarín de lanas de colores cambiantes.
El señor Lanari se sentía cada vez más disminuido : cuando paro en la esquina de la confitería para comprar merengues ya se había destejido todo por arriba.
Encima del chaleco ¡no había nada!
Así siguió.
Punto por punto ,paso a paso ,el destejido avanzó hasta la cintura. y
más y más abajo.
Por suerte era domingo ,porque todos los domingos iba a visitar a su abuela.
Cuando llegó a la casa de su abuela le pidió que lo tejiera de vuelta y después de un rato lo terminó.
Se fue a su casa y su perro se quedó sin un diente porque había quedado en la lana de su gorro
DE: GENESIS PEREYRA
KAREN NAVARRO
JULIETA FRANSISCO
JULIETA ESCALERA
GERONIMO PIZZANO
martes, 12 de agosto de 2014
¡Un apellido problemático!
Evidentemente, al señor Lanari,
su apellido le trae algunos problemas. ¿Querés enterarte?
Escuchamos el cuento que escribió
Ema Wolf, pero la señorita sólo lee una parte de la historia para que los chicos imaginen un final que explique:
- Si el señor Lanari solucionó su problema;
- Si recibió alguna ayuda;
- Qué pasó con el perro.
En breve, comenzamos a subir los nuevos "finales" de esta historia!!
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